domingo, 2 de abril de 2006

Aquí no hay quien se mueva


Aunque se trate de una enfermedad multifactorial, el sedentarismo o falta de actividad física junto con la ingesta de un exceso de calorías son las principales causas desencadenantes de la epidemia de obesidad que está invadiendo nuestro país.

Lo más grave del asunto es que los principales afectados en este proceso sean los niños y adolescentes, en los que las tasas de incremento de prevalencia en España son superiores a los de los adultos. Los casos de obesidad infantil se han multiplicado casi por tres en los últimos diez años. En 1996 la incidencia era del 5%, pero actualmente el 14% de los menores son obesos, un valor que se sitúa por encima de la media europea. El porcentaje de obesos en el grupo de edad de 6 a 12 años llega al 16,1%.

Esto es así porque los niños españoles cada vez se mueven menos cuando juegan (videojuegos, ordenador, messenger) y además comen un exceso de alimentos ricos en calorías (chucherías, bollería industrial, patatas fritas, cheetos, pizzas,…).

La única forma de frenar esta tendencia al alza es modificando estos dos factores (dieta y ejercicio), pero la tarea no resultará nada fácil.


En los países desarrollados, las nuevas tecnologías (teléfono móvil, internet, mando a distancia, escaleras mecánicas, ascensores, controles remotos y un largo etcétera) han provocado una reducción alarmante de la actividad física y además se puede disponer de comida atractiva, barata y fácil (y mala) en cualquier lugar. Siempre existe un pretexto para comer o beber.

La reducción de la actividad física a causa de la tecnología resulta tan extrema que priva al ser humano de realizar movimientos, acciones y esfuerzos que antaño suponían un gasto energético muy significativo. Gracias a Internet nos ahorramos un buen número de caminatas porque la inmensa mayoría de las gestiones podemos hacerlas online, sentaditos sin movernos del ordenador.

Tampoco se necesita hacer esfuerzo alguno en acciones como, por ejemplo, bajar una persiana, subir o bajar la ventanilla del coche, girar el volante, encender o apagar el televisor, batir claras a punto de nieve, subir escaleras... Cada una de estas acciones suponía un pequeño gasto calórico que al ir sumándose a lo largo del día representaba un gasto energético total suficientemente importante como para evitar un incremento de la población obesa. Hace cuarenta años la prevalencia de obesidad en España era muy baja porque se ingerían menos calorías y la gente se movía mucho más. Y, sin embargo, era algo inusual hacer ejercicio o ir al gimnasio.


Dato: En el año 2005 la obesidad ascendía al 14,52% de la población española y un 53,5% tenía un exceso de peso (IMC superior a 25). Actualmente, en España hay más gente con sobrepeso que con peso normal o normopeso (IMC entre 18,5 y 24,9).

Un remedio para generaciones futuras: Implantar en primaria una asignatura de nutrición y salud que enseñe a los niños pequeños a cuidar su cuerpo comiendo de forma correcta y haciendo ejercicio.



4 comentarios:

Toni C. dijo...

Yo antes de tener el carnet de conducir y el coche, usaba la bici para ir a casi todas partes, en verano rara vez me pasaba un dia sin cogerla, pero ha sido tener el carnet y el coche, y aborrecerla, la bici ya no me llena y voy a todas partes en coche, y vaya si lo he notado, he engordado 7 kilos.

Loles Vives dijo...

@elnan

Totalmente de acuerdo con lo del efecto boomerang. Por fortuna, la ciencia avanza a pasos agigantados y se van encontrando tratamientos para combatir diferentes enfermedades. Pero por desgracia, la obesidad por culpa de comer demasiado y no hacer ejercicio (existen otras causas) no tiene otro remedio, de momento, que comer menos y moverse más.

Te haré caso y los días ventosos intentaré protegerme ;-)

Gracias por tu comment

@Toni c.

De entrada muchas gracias por tu comment y me alegra mucho tener un nuevo visitante.

Tu caso con el coche es un ejemplo muy bueno. Sin bici, gastas menos calorías y como puede verse gastas menos de las que ingieres y por eso has engordado.

Mucha gente le ocurre al sacarse el carnet. Aunque antes no usara bici, anda menos y gasta menos energía. Consecuencia: unos kilos de más.

Mi consejo es que recuperes tu costumbre. Por lo menos los fines de semana. No puedes permitir que los kilos vayan instalándose en un cuerpo tan joven.

Hasta la próxima

Anónimo dijo...

Pues lo mio es totalmente al revés, antes jugaba a fútbol y emepece a engordar, debido al sobrepeso lo pasaba mal jugando (siempre llegas tarde, todos corren más que tu... ) y abandoné el fútbol. A partir de ahí ya fue un crecer a lo ancho sin parar, excepto una época que fuí con bici que adelgacé bastante.

Anónimo dijo...

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