viernes, 29 de octubre de 2010

CUANDO DOS ADOLESCENTES DAN POSITIVO…

Cuando salta la noticia de que un deportista ha dado positivo nunca me gusta. Me entristece y da pena pensar que algunos  deportistas hacen trampas y no son todo lo honestos que deberían.

Hemos llegado a tal punto que incluso muchas veces la noticia tampoco me sorprende, no por esperada sino porque desgraciadamente es demasiado repetitiva.

Sin embargo, los controles de doping positivos detectados en los Juegos Olímpicos de la Juventud celebrados el pasado mes de agosto en Singapur me pusieron los pelos de punta.

¡Se trata de dos chavales de 17 años! Ambos son luchadores de grecorromana  y ambos dieron positivo por la misma sustancia: furosemida.

Uno de los jóvenes sancionados es ecuatoriano -se clasificó quinto en la categoría de 63 kilos- y el otro uzbeco -fue medalla de plata en la categoría de 50 kilos-. No considero remarcable dar sus nombres porque a diferencia de otras muchas noticias de doping ahora estamos hablando de menores. No es la primera vez que se da y, aunque me pese, seguramente no será la última.

La furosemida es un diurético que ayuda a eliminar líquidos y a bajar de peso de una forma muy rápida. Además actúa como agente enmascarante encubriendo la presencia de otras sustancia dopantes como pueden ser los esteroides anabolizantes, sustancias muy utilizadas para ganar fuerza y masa muscular. Es el principio activo del Seguril, un medicamento que se prescribe a hipertensos y para tratar edemas de diferente índole.

Adelgazante y enmasacarador

Los diuréticos son ilegalmente usados en deportes como la halterofilia, boxeo, judo, lucha grecorromana… donde las categorías se establecen según el peso del deportista.

A veces es cuestión de pesar uno o dos kilos menos para poder entrar en una categoría inferior, lo que siempre supone una ventaja ya que permite  enfrentarse a rivales menos fuertes y/o pesados. Un pesaje previo a la competición certifica que el luchador está en la categoría en la que ha sido inscrito.

Sin embargo, no es descartable -en este caso- que la furosemida fuera usada con fines enmascarantes, lo que todavía me preocupa más. (En deportes como gimnasia y atletismo, donde no existe la necesidad de tener un peso determinado, ha habido casos recientes de doping por furosemida).

Una acción criminal

Al conocer el resultado de los análisis, el COI anunció que ambos atletas habían sido descalificados. El uzbeco perdió su medalla de plata y lo más probable es que, además, ambos tengan que purgar una sanción y permanecer sin competir durante varios meses.

Estoy totalmente a favor de que los deportistas paguen con sanciones
cuando ingieren sustancias prohibidas y en este caso también considero que merecen un castigo.

Sin embargo, ya va siendo hora de que se busquen culpables en el entorno del deportista dopado y que éstos paguen duras sanciones.

Está claro que estos chicos no tomaron dicha sustancia por decisión propia. Alguien se lo proporcionó, dígase médico, entrenador, directivo o lo que sea. Y hasta ahora apenas conocemos casos de personas del entorno de deportistas sancionados por doping que  hayan recibido también una sanción.

El uso de furosemida no está exento de riesgos. Entre otras cosas puede provocar deshidratación, pérdida de potasio, taquicardias, mareos…

Los esteroides anabolizantes, por su parte, son muy peligrosos y más si se toman durante la pubertad, en fase de desarrollo y crecimiento.

Pueden causar graves perjuicios al organismo y desencadenar dolencias irreversibles: cese prematuro del crecimiento, reducción de testículos, daños coronarios, hepáticos, hipertensión, infertilidad, mayores riesgos tumorales…

Inducir a unos adolescentes a tomar esteroides anabolizantes es una acción criminal y eso alguien debe de pagarlo.



viernes, 22 de octubre de 2010

EJERCICIO CON PESAS, UN ANTIDOTO CONTRA LA OSTEOPOROSIS

Una ya tiene una edad y esta semana me ha tocado someterme a una Densitometría.

Casualidades de la vida, la cita para comprobar la salud de mis huesos coincidió con la conmemoración del Día Mundial de la Osteoporosis y ello me ha motivado a dedicarle un post.

La densitometría es una técnica diagnóstica por imagen que se utiliza para determinar la densidad mineral ósea. Sirve para el diagnóstico de la osteoporosis.

A diferencia de la mamografía -una prueba molesta y que te irradia rayos nocivos (Rayos X)-, la densitometría es una técnica indolora y no invasiva.

Simplemente te tumbas en una camilla y por encima tuyo se desplaza un escáner que mide la cantidad de calcio de los huesos (densidad ósea).

Se suele recomendar en mujeres que ya han entrado en la menopausia, cuando a causa de la bajada de los niveles de estrógenos existe un mayor riesgo de padecer osteoporosis, o sea pérdida de calcio, y en consecuencia peligro de que los huesos se vuelvan más frágiles y con mayores posibilidades de fractura.

Se sabe que el ejercicio contribuye a prevenir esta patología y se sabe también que si el ejercicio incorpora un trabajo de musculación el beneficio es todavía mayor. Se recomienda por tanto que las mujeres hagan ejercicio y a ser posible al aire libre –aunque sólo sea durante un rato- con el fin de que los rayos solares proporcionen la vitamina D necesaria para la fijación del calcio.

Una octogenaria con huesos de jovencita

Y, efectivamente, mientras me hacen la densitometría constato que las recomendaciones son acertadas y que el atletismo -deporte que vengo practicando desde que tengo 11 años- es un seguro contra la osteoporosis. La densidad mineral de mis huesos es óptima y la enfermera me informa que la imagen “brillante” de mis huesos indica que van sobrados de calcio.

Mi diagnóstico también me ratifica las conclusiones de un estudio realizado por unos investigadores alemanes durante varios Campeonatos de Europa de atletismo de veteranos. En dicho estudio participaron atletas de edades comprendidas entre los 40 y 80 años y se midió la densidad ósea de fémur y cubito.

El estudio evidenció que la media de la densidad ósea de las atletas era superior al de las mujeres sedentarias y, entre todas las atletas, las que presentaban mejor calcificación eran las que practicaban pruebas de velocidad, una especialidad que implica hacer un entrenamiento intenso de potencia, fuerza y musculación.

Según los investigadores, este tipo de trabajo supone un enorme beneficio para mantener la masa ósea.

El beneficio es tal que la medición en el fémur de una velocista de 80 años arrojó un valor que podría perfectamente corresponder al de ¡ una chica de 25 años !

La dieta también es importante

Seguir una dieta rica en calcio desde la infancia es el otro aspecto a tener en cuenta para prevenir la osteoporosis.

Para ello hay que consumir: lácteos (aunque sean desnatados), frutos secos (almendras, avellanas), berros, algas, sésamo, frutas (cítricos)y legumbres (soja). El pescado pequeño ingerido entero -con espina- también supone una buena fuente de calcio.

jueves, 7 de octubre de 2010

La fórmula de la eterna juventud no está en una pastilla

Ser joven, mantenerse joven, parecer joven… Desde Cleopatra a Michael Jackson, pasando por el Dorian Gray de Oscar Wilde, el ser humano sigue en una permanente búsqueda de la eterna juventud. En éste siglo XXI se ha llegado al extremo de que lo viejo, antiguo o arrugado ya no vale para nada. Únicamente se valora lo nuevo.

En este afán por mantenernos jóvenes y sanos –muy loable por cierto- se ha puesto de moda el consumo de sustancias antioxidantes. Sí, esas sustancias que inhiben o contrarrestan el efecto de los famosos radicales libres, los responsables de la oxidación de nuestras células o, lo que es lo mismo, los principales culpables de que nuestro cuerpo envejezca. Los antioxidantes también nos protegen contra diversos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.

En el mercado podemos encontrar sustancias antioxidantes en todas sus posibles presentaciones, ya sean solos o combinados: cápsulas, pastillas, brebajes, perlas, copos, etc.  Y cada poco surgen nuevos productos con propiedades rejuvenecedoras.

Entre los antioxidantes más populares tenemos la Vitamina C (la decana de los antioxidantes popularizada por Linus Pauling), la E, la A, minerales como el zinc o el selenio, sustancias como los polifenoles, el ácido lipoico, el ácido oleico, el pycnogenol (bioflavonoide procedente de la corteza del pino)… La lista es casi interminable.

En la actualidad, el antioxidante más en boga y considerado el verdadero elixir de la eterna juventud es el resveratrol, un polifenol procedente de la uva y vino tinto, además de otros frutos y legumbres. Sin embargo, las antocianinas, unos pigmentos extraídos de los frutos de color rojo y morado, como los arándanos o las moras, están pisándole los talones. La lista crece sin parar.

Existen numerosos estudios que certifican el poder antioxidante de todas estas sustancias y su valor terapéutico. Pero es tan larga la oferta que el consumidor anda perdido sobre cuál es el producto que mejor le conviene tomar.

Debemos saber que si se sigue una dieta equilibrada y variada –rica en frutas y verduras- su consumo no es necesario. La necesidades de antioxidantes aumentan cuando se incrementa el proceso oxidativo al que estamos sometidos, como es el caso de los fumadores, personas mayores, deportistas de élite, ciertas actividades profesionales que requieren estar mucho tiempo al aire libre, bajo el sol, etc.

Aunque existen pocos casos de intoxicación por el uso de antioxidantes, hay que tener presente que las vitaminas en exceso, sobre todo las liposolubles (A, D, E y K), pueden producir efectos adversos. Tampoco está exenta de riesgos la vitamina C si se toma en demasía y sin ton ni son.

Además, las evidencias científicas acerca del beneficio a largo plazo del uso de suplementos antioxidantes no son determinantes y a menudo incluso contradictorias.

Algunos estudios realizados entre deportistas concluyen que el uso indiscriminado de vitaminas no sólo puede empeorar la marca deportiva a corto plazo sino que a largo plazo puede acortar la vida. La inhibición de la producción de radicales libres por parte de los antioxidantes impiden que el organismo se adapte a la mejora de la resistencia aeróbica, estimulando la producción de mitocondrias, y eso conlleva un empeoramiento de la marca en esfuerzos prolongados. También se sabe que el exceso de suplementos puede disminuir la respuesta del sistema inmunológico.

Dieta Arco Iris

Conclusión: lo mejor y más recomendable –y también mucho más barato- es que estas sustancias lleguen a nuestro organismo vía alimenticia y que nuestra dieta incorpore diariamente alimentos ricos en antioxidantes, especialmente frutas y verduras.
Para conseguir un gran aporte de sustancias antioxidantes se aconseja seguir una Dieta Arco Iris que incorpore diariamente alimentos que, sí es posible, tengan toda la variedad de colores.
Los alimentos con colores más llamativos como el rojo, morado o naranja son los que contienen mayor concentración y número de sustancias antioxidantes. El siguiente cuadro muestra el arco iris de los alimentos con mayor número de antioxidantes.

-   Blanco: coliflor, cebollas, ajos, puerro
-   Verde: espinacas, lechuga, uvas, acelgas, brócoli, col, perejil
-   Azul /morado : arándanos azules, berenjena, uvas negras, moras, remolacha
-   Naranja: zanahoria, naranja, melocotón, orejones,
-   Rojo: Tomate, pimiento rojo, sandía, fresones, granada

BIBLIOGRAFIA:

Javier Ibáñez Santos, Iciar Astiasarán Anchía. Alimentación y Deporte. Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA). Primera Edición Mayo 2010.

Louise Bourke y Ron Maugham. Comisión Médica y Antidopaje de la IAAF. Nutrición en el Atletismo. Guía Práctica de la Alimentación y la Hidratación para la Salud y Buen rendimiento en el Atletismo. IAAF. Abril 2007